Las nuevas naciones emergen en línea a través de redes de personas con principios y valores en común, estableciéndose en territorios descentralizados alrededor del mundo y organizándose a través de internet.
Network states
Desde la perspectiva de Balaji Srinivasan, exploramos un nuevo concepto de sociedades emergentes denominadas network states o estados en red. En lugar de comenzar desde el territorio geográfico, se parte de la comunidad digital, donde personas con principios y convicciones similares se organizan en línea con un propósito común. Estas comunidades están guiadas por un liderazgo que les proporciona una dirección clara y van creciendo hasta convertirse en sociedades en red (network societies) y, eventualmente, en un network state reconocido por los estados tradicionales.
Propósito
Los network states pueden tener distintos propósitos y objetivos, que son las razones por las cuales inicialmente se unen sus miembros. Se busca crear un sentido de identidad o conciencia colectiva similar al de una nación, pero una de las grandes diferencias con los estados tradicionales es que nos unimos por interés propio y de forma voluntaria. Un estado en red podría enfocarse en la biotecnología para la extensión de la vida, mientras que otro podría centrarse en la distribución horizontal de recursos, lo cual no impide que podamos participar en más de uno de ellos.
Descentralización geográfica
Estas sociedades están descentralizadas geográficamente, adquiriendo propiedades o territorios en diversas partes del mundo mediante el financiamiento colectivo, pero se mantienen conectadas a través de una capital virtual.
Los habilitadores de este nuevo tipo de sociedades
En épocas pasadas, solíamos construir nuestras ciudades cerca de puertos o minas, pero hoy en día, todo lo que necesitamos es estar cerca de una conexión a internet. Internet no solo nos conecta con otras personas, sino que también nos permite establecer y operar negocios de manera completamente remota, especialmente con el avance de servicios de internet satelital como Starlink, que cada vez ofrece mayor cobertura fuera de las ciudades.
Además, está la tecnología blockchain, que nos proporciona la libertad de operar en un nuevo sistema financiero más eficiente, seguro y transparente. Esta tecnología permite, entre otras cosas, la creación de identidades descentralizadas, la realización de votaciones digitales de manera confiable y la formación de comunidades que pueden comunicarse sin censura.
Construir desde un nuevo comienzo
Así como es más fácil comenzar una moneda digital desde cero que reformar todo el Sistema de la Reserva Federal, puede ser más sencillo iniciar un nuevo país que reformar el nuestro. Muchos avances e innovaciones se han visto obstaculizados por regulaciones vigentes durante años en los países. Por ejemplo, regulaciones aplicadas al sector de los taxis frenaron una industria valorada en cien mil millones de dólares, donde plataformas como Uber, Cabify o Didi ofrecían servicios de transporte. De manera similar, las regulaciones financieras han limitado el crecimiento de una industria de un billón de dólares que involucra a Bitcoin, Ethereum y otras criptomonedas.
Sin los obstáculos que conllevan las nuevas modificaciones legislativas, podríamos acelerar la innovación. Los interesados en políticas públicas podrían experimentar con políticas más innovadoras y aplicarlas en un contexto donde todos los miembros están alineados y comparten ese mismo interés. Esta dinámica nos permite explorar reformas y evolucionar el sistema, a diferencia del sistema tradicional donde prevalece un debate en el cual el 51% impone su voluntad sobre el 49% restante.